¿Por qué vivo en España? Es más EFICAX

Posted on julio 8, 2012

19



Como inglés que lleva 8 años en Madrid, ya estoy harto de las opiniones de las agencias de calificación crediticia sobre España. Supongo que con nombres como Moody’s (Temperamental) y Standard and Poor’s. (Habitual y Pobre) no hay que esperar gran cosa. Los índices que utilizan para sus cálculos no me convencen y por eso propongo uno mío: el índice EFICAX.

Para darle el aspecto de credibilidad que a las agencias le gustan, mi índice tiene 6 criterios.
Elección del consumidor
Flexibilidad de servicio
Inventario energético
Cohesión social
Aumento de productividad y
X, un ingrediente sencillo pero mágico que explicaré más tarde.

Ahora viene la teoría…

Elección del consumidor

El grado de elección del consumidor, como sostiene la competitividad, es un principio fundamental del capitalismo y en España hay mucha elección. El país tiene más bares y restaurantes que cualquier otro y casi todos son independientes. En el Reino Unido, el 70% de los pubs están en manos de grandes empresas. En vez de la dominación de supermercados abrumadores como Tesco en Inglaterra o Carrefour en Francia, en España hay todavía cientos de mercados municipales con su plétora de pequeñas puestas. El centro de casi todos los pueblos británicos está dominado por las mismas cadenas de tiendas y restaurants. Zara, VIPS y El Corte Inglés están bien pero no hay que exagerar. Es verdad que la gestión de algunas Cajas de Ahorro demuestra que lo pequeño no siempre es bello, pero a veces muchas pequeñas mierdas son preferibles a una mierda gigantesca. (Cito Bankia como prueba pero también los 150.000 millones de euros que el contribuyente británico ha dado a sus bancos de la categoría «demasiado grande para caer»)

Flexibilidad de servicio

Los economistas suelen preferir hablar de otros tipos de flexibilidad pero quizás solo porque vienen de países donde la flexibilidad de servicio no existe. En Inglaterra si quieres comer y llegas a un restaurante después de las dos es más que probable que la cocina está cerrada. En Francia, si pides un sándwich solo tienen tres variedades: queso, jamón o queso y jamón. Por el precio de un buen menú del día con copita de vino, en Londres te dan una ensalada. Y si más tarde pides un whisky en un pub, te lo sirven con un dedal de costura y hay que beberlo rápido por si a caso se evapora. De todas formas, hay que beber todo rápido porque a las 11 en punto te echan a la calle. Incluso en Londres, encontrar un bar abierto después de medianoche es todo un reto. Claro, en los Estados Unidos el servicio es mejor. Pero cuidado, si no llevas documento de identidad, no te van servir ni una copa de vino con tu cena. Da igual si tienes canas y andas con un bastón porque en los Estados Unidos de hoy en día hay más leyes que sentido común.

Inventario energético

Es verdad que España no tiene pozos de petróleo o gas pero eso sí, mucho sol. Cuando se habla del precio de la luz, los economistas olvidan de que si no necesitas encender la bombilla, la luz no cuesta nada. Además, la luz natural te da mucho más energía personal, algo que las economistas tampoco miden. Por eso, la vitamina D se llama también la vitamina del sol. Puede proteger contra una serie de enfermedades, incluyendo la depresión e insomnio. Quizás la electricidad es más barata en algunos países del norte pero por mucho que contemplaba la bombilla encendida en mi piso de Londres, no me daba felicidad. En fin, creo que las agencias de calificación deberían incluir factores climáticos en sus ratings: España tiene 7 horas de sol al día, Alemania y el Reino Unido, 4.

Cohesión social

Me resulta extraordinario que España no haya experimentado una revolución o por los menos una buena racha de hooliganismo a lo británico teniendo en cuenta que la mitad de los jóvenes ya no tiene trabajo. Como a los mercados financieros les gusta tanto “la estabilidad”, esto debería contar en favor del país. Personalmente, aprecio mucho no encontrarme todos los días con el tradicional hooligan inglés con sus seis latas de cerveza y sin dos dedos de frente. Es más, los españoles son amables. Las agencias deberían medir los minutos que un forastero lleva en un bar antes de que alguien entable una conversación con él o ella. Me apuesta que Francia recibiría una puntuación muy baja. En Lyon, fui al mismo café para desayunar durante tres años. Las únicas palabras que me dirigieron en todo ese tiempo fueron “Bonjour Monsieur, qu’est ce que vous voulez?”

Aumento de productividad

Para terminar, hay que tratar el tema favorito de los economistas, la productividad. Ya sabes el cálculo; ¿cuántos trabajadores tardan cuanto tiempo para producir tal numero de productos o servicios? Me parece que cuando las medidas de productividad son claras, los españoles son muy productivos. Solo hay que fijarse en el rendimiento de la Roja: 11 hombres, 90 minutos y marcan más goles. Pero no es tan fácil medir la productividad económica. Un lado de la ecuación es relativamente sencillo; el total de horas trabajado. Pero el otro es más complicado especialmente en economías modernas dominada por el sector de servicios. Se suelen utilizar medidas monetarias y cálculos de valor agregado. Sin embargo, la contribución de cada trabajador al precio final de un servicio no es fácil de determinar. Una medida basada solo en el precio es también complicada porque el valor de un servicio cambia con el tiempo y según las circunstancias. Si un trabajador de un banco negocia más contratos de préstamo, aporta más dinero a su banco en interés y es más productivo. Pero si luego resulta que todos los préstamos son malos y que los clientes no pueden pagar el interés, ¿qué? En fin, creo que este lado de la ecuación de productividad es poco de fiar. En cambio, el otro – horas trabajado – es más fácil. Así que, si hace falta aumentar la productividad de los españoles, propongo que simplemente reduzcan la jornada de trabajo. Según el OECD, los españoles ya trabajan más horas que los alemanes, los franceses y por poco incluso que los británicos. Obviamente de poco les ha servido. Los únicos que trabajan mucho más que los españoles son los griegos, y de su situación ni hablo.

«X»

Reconozco que el cálculo de una nota basada en tantos criterios puede superar la capacidad intelectual de las agencias de calificación crediticia. Así que, concluyo con mi criterio X. El principio es sencillo; un país solo tiene valor si la gente quiere vivir en él.

En cuanto tienen unas vacaciones millones de británicos y alemanes cogen el Easyjet a España. (En el caso británico alrededor de 14 millones al año). Y los que pueden (con idiomas o jubilados) viven aquí. (Un millón de británicos, por ejemplo.). La próxima vez que la Canciller Merkel o el Primer Ministro Cameron hablen de la eficacia superior de sus países, quizás deberían reflexionar por qué tantos de sus ciudadanos no lo aguantan y quieren escapar de esa “eficacia” en cuanto pueden.

Por cierto, si alguien cree que mi índice EFICAX merece una nominación al premio nobel de economía, no tengo inconveniente. Me ha costado mucho trabajo. Bueno, para decir la verdad, una tarde nadando en mi piscina favorita y dos whiskies en el bar a lado de mi casa anoche. En fin, es por eso que vivo en España.